Septiembre 2009




Me encuentro en un periodo de recuperación de fuerzas, o sea, de vacaciones, pero no quiero dejar pasar la ocasión para compartir con ustedes este excelente artículo de la periodista Carolina Jaimes.




El Nóbel para Abreu

Carolina Jaimes Branger

Cuando el país arde por los cuatro costados, cuando los conflictos se incrementan cada hora, cuando en todos los ámbitos lo que se palpa es el macabro resultado de la ineficiencia aunada a la corrupción, la obra de amor, de vida, de espiritualidad, de civilización, de ascenso social, de esperanza, de bondad, de excelencia, de humanidad, de liberación y libertad de José Antonio Abreu y su Sistema de Orquestas se yergue como el futuro posible, deseable y plausible.

No puede ser de otra manera: frente al presente anacrónico, descorazonador y cada vez más exasperante, tenemos que buscar razones para seguir luchando… Y a mí me pasa que, cada vez que asisto a un concierto, salgo con las “pilas cargadas”, con la certeza de que superaremos éste y todos los escollos que vengan, que el porvenir es brillante y maravilloso.

Más de tres décadas lleva José Antonio Abreu construyendo el retrato positivo de Venezuela. El país y el mundo se lo reconocen cada día más. Los premios, cada uno más importante que el otro, se suceden sin parar. Estamos acostumbrados a escuchar que “el ganador es el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela en la persona de su fundador, el Maestro José Antonio Abreu”. Si así llueve, que no escampe. No hay nada más sublime que la música, y el Maestro Abreu ha utilizado la música como vehículo para emprender el proyecto social de mayor envergadura que haya existido en Venezuela, con pocos parangones en el resto del mundo.

Por eso estoy esperando el Nóbel de la Paz para José Antonio Abreu. Sé que si él lee estas líneas, con su habitual y bendita humildad, dirá: “el Nóbel para el Sistema”. Pero yo, como millones de personas, abogamos por el Nóbel para el Maestro Abreu, porque el Sistema funciona por él, gracias a él, a su trabajo, a su tesón, a su inagotable energía, a la mística que ha sabido transmitir, a la excelencia de sus estándares y al entusiasmo sin límites que pone hasta en los más pequeños detalles.

Hoy recibe de manos del Rey Carl XVI Gustav de Suecia el Polar Music Prize, considerado el Nóbel de la música… Cuando le entreguen el Nóbel de la Paz, ahí estaré, Dios mediante, para aplaudir el merecidísimo reconocimiento a una vida entregada a fomentar, en sus propias palabras “solidaridad, armonía, compasión mutua y la habilidad de unir una comunidad entera”.

CAROLINAJAIMESBRANGER@GMAIL.COM

No hay comentarios: